El Real Madrid toma ventaja para meterse en la final de Copa del Rey gracias a un gran gol de Karim Benzema. El delantero francés volvió a reivindicarse con una acción en la que volvió a demostrar todo su talento. Agarró un balón en la línea de medios del Madrid, quebró a Alexis, se fue de Escudé y cruzó ante Palop.
Una acción que, aunque probablemente la tendrá, no merece menos tinta que ese (no) gol de Luis Fabiano que Albiol sacó de quién sabe qué punto exacto del verde del Pizjuán. Apenas sólo en esa acción estuvo el Sevilla cerca del gol en un partido que el Madrid asfixió a base de trivote y en el que pudo dejar definitivamente KO al Sevilla.
Posiblemente en muchos foros apenas se hable del gol de Karim, segundo consecutivo que impulsa al Madrid a una victoria. Todo se reducirá al gol -al no gol, porque Undiano no lo dio- de Luis Fabiano, que permitió al personal alucinar con el despliegue de cámaras de las teles y pasar del sí al no con cada nueva toma. Hubo unas 50 repeticiones, que dan para teorías de toda índole. Posiblemente se volverá a reclamar tecnología. Desde luego, no hay un problema arbitral más sencillo de solucionar que los goles fantasma.
El partido se resume en esas dos acciones, pero tuvo mucho más. Tuvo trivote, el sistema con el que José Mourinho se va a jugar las lentejas en los partidos clave de la temporada. Tuvo ambiente, porque la afición del Sevilla es caliente, pero nada del belicismo anunciado, salvó la imbecilidad final de un par de tarados. Tuvo escasez de ideas por parte del Sevilla, cuyo fútbol no estuvo a la altura del ambiente prefabricado por su club. Sólo Kanouté encontró algún pasillo, porque las bandas del Sevilla fueron cegadas por la defensa del Madrid. Navas y Perotti naufragaron ante Arbeloa y Ramos, que en caso de apuro siempre encontraron ayudas. Porque el Madrid fue un equipo sólido y solidario, que apagó el incendio con frialdad profesional.Al Sevilla lo mató el gol, que llegó muy pronto. Apenas tuvo ocasiones para resucitar ante un Madrid que fue más de Mou que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario